Hace algunos años que llegamos a la conclusión de que la ùnica manera eficaz de proteger el medioambiente y las medicinas naturales era crear una Fundación, que llamamos Caernarvon en honor al Dr. Bach, para adquirir terrenos a fondo perdido.
Hemos comenzado al fin a dar algunos pasos de este proceso.
Nos desvinculamos energeticamente así, esperamos para siempre, de proyectos como el de la extinta Fundación El Olivo, auspiciado por intereses económicos donde se busca la reinversión de la especulación urbanística de chalets edificados en terrenos naturales con alto precio ecológico para la posterior creación de supuestos lugares terapeùticos.
Es todo falso, sin duda: no se pueden talar árboles de un Bosque para crear servicios en un Balneario de igual nombre…
No se puede imponer la medicina natural por decreto personal en espacios como la Seguridad Social…
Afortunadamente ya se est? n articulando consciencias y personas tanto para que esto no vuelva a ocurrir, como para que quede constancia de ello y jam? s se vuelva a repetir…
Sobre todo porque esta es buena muestra del estilo de urbanismo que ha dado al traste con la riqueza económica de España.
Un proyecto personal que incorpora una Fundación con patronos del calibre de Cristina Almeida y que se vuelve con el tiempo la primera crítica de la misma ya que ve que se destina al lucro personal de un solo individuo es altamente peligroso para el bien comùn.